"La pandemia del coronavirus, la finalización y no renovación de contratos el pasado 30 de junio y la aún tambaleante fecha del regreso del fútbol argentino", esa es sólo una breve síntesis de por qué hubo un pronunciado éxodo de futbolistas argentinos al exterior, y en especial a Grecia, donde 31 argentinos comenzaron la Superliga de ese país y otros tantos se incorporaron a equipos de las distintas categorías del ascenso. La nota para La Nación del sábado 19 de septiembre refleja una cruda realidad aquí y una solución allá.
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